0

Puro deseo

Algunas veces, algunos días, algunos meses, quisiera tocar fondo.

Quiero sentirme totalmente en riesgo de todo. Quiero estar completamente sola, no solamente sentirme así. Quiero estar en ceros, en todo: sin saldo a favor ni en contra, con nadie, especialmente con la tierra, con el aire que me mantiene aquí.

Quiero no saber nada, no tener nada. No quiero una isla desierta, quiero una ciudad llena de incertidumbre, llena de desinterés por quién soy, qué he hecho, que haré, de dónde vengo. Quiero no importar, y que nada importe. Quiero esas necesidades básicas, esas que bloquean los caprichos por completo, los pisotean y se burlan de ellos.

Quiero oir pero no tener que escuchar, hablar sin tener que explicarme. Besarte sin tener que pensar en nada. Quiero crear mi propio idioma, descubrir el fuego yo misma. Quiero no entender hasta hacer todas las ecuaciones.

Quiero esa paz y esa certidumbre que da el haber caído hasta abajo, para así saber que es hora de levantarme.

0

Solidão não é estar sozinho.

La soledad no es estar solo. De esto ya me había enterado pero jamás lo había visto con tanta claridad: la soledad no es estar solo.

Cuando uno tiene que sobrevivir algo y no hay quien lance el salvavidas, no hay quien lance siquiera un prácticamente inútil pero reconfortante abrazo es queesta siente y se sabe: la soledad no es estar solo.

Se tiene todo tipo de contacto: los amigos, la persona de interés, la familia. Al final del día nadie escucha las palabras que mas se necesitan pronunciar y compartir. La soledad no es estar solo.

Sentir que ya no estas aunque todo indicaría que si, sentir que falta algo aunque la lista este ya toda palomeada, es ahí cuando se nota: la soledad no es estar solo.

Y es que yo lo tengo todo, es cierto. Lo tengo y no hay día en que no lo agradezca. Mis problemas son al menos en teoría solucionables,  mi gente me quiere, etc. Pero en mi mente a veces cargo el mismo huracán que cuando tenía 16 anios. Sigo necesitando ejercicios para sentirme humana y mujer. Sigo batallando con el espejo, con mis demonios. Y sigo siendo la chiquilla que esta averiguando que se hace de esta vida. La soledad no es estar solo.

Puedo estar rodeada de cosas, de gente, de mar y de platica bien intencionada. Lo tengo clarísimo: la soledad es lo que padezco ahora, y es un mal que, dicen por ahí, una vez que entra, no sale.

0

Exclusivas.

¿Mi historia? No es muy larga.

Sus ojos, mis ojos, recorriendo las facciones. Recorriendo el cuerpo. Recorriendo el pasado y el futuro en los labios. Recorriendo el tiempo, haciéndolo más lento, entre la vida y la muerte, todo ahi, con él.

El movimiento suave, coordinado; el amor que faltaba, tantas cosas sobrantes. Los besos y caricias, todo estaba ahí. Yo no, pero la atracción seguía moviéndonos, haciéndonos más cercanos, o ilusionándonos así.

¿Quieres una explicación más clara? Te la doy.

Pero no me preguntes de dónde vengo. Eso no. La exclusiva está muy por debajo de la piel. Espero puedas comprender.

0

El Vacío (y el subsuelo)

El vacío es la falta de ese algo que nos hace caminar. Es un hueco que queda entre un pasado lleno de frutos prohibidos que probaste a escondidas y un futuro cuya cabeza se asoma como queriendo salir y hacer de las suyas. Es la nada que hace más difícil levantarse, más pesada la pisada y más opresivo el simple respirar. Son los no-motivos, lo que te priva de esas trilladas razones para vivir. No es estar mal, pero tampoco estar bien: es no estar. Estás fisicamente pero tu mente está en un hoyo negro en que nisiquiera hay confusión, ni tristeza, ni alegría, ni nada.

El vacío es una carencia de sentimiento, de pasión, de compasión, de angustia, de enojo, de tristeza, de tan necesitadas lágrimas. No hay odio pero tampoco hay amor. Es sustituír todos estos estorbos que un día hicieron perecer por un aparato que bombea sangre y una máquina que registra datos inútiles e insignificantes. Estos dos artefactos causan constantemente un molesto movimiento por el cual entra y sale aire de unas bolsas que algunos fanáticos llaman pulmones. Este molesto movimiento y estos dos mecanismos te mantienen vivo; esto y nada más.

A veces es poco claro que demonios es la vida. ¿La unión de varios factores dentro del cuerpo que hacen que no te mueras así nada más, o las razones, las BENDITAS RAZONES? El vacío reemplaza estas razones por el pase indiferente y rutinario de los días y los meses y hasta los años. Y eso está bien en el sentido de que no está mal. Pero, el que no esté mal, ¿automáticamente arroja los resultados a la columna encabezada por una cara sonriente y satisfecha? Además, ¿qué es lo que define, lo que provoca en esencia el que esté en esta categoría de “bien”? Quizá una meta, un hueso que le espera al perrito al otro lado del jardín si se comporta.

El vacío no es que no existan las metas, no exista un futuro. El vacío es la falta de interés por ese futuro. Cuando la cabecilla traviesa se asoma y uno no se mueve para que salga. Cuando ese sol que sale cada mañana y que se espera siga saliendo por toda nuestra vida deja de importar, deja de provocar aunque sea la más mínima corriente de adrenalina en nuestras venas.

El vacío también puede ser la parálisis de los sentidos, tus piernas se mueven pero tu no te mueves con ellas. Tus labios dicen algo de lo que tu cerebro a duras penas y se enteró. Todo sigue su curso pero tu ya no caminas hacia ninguna parte: tu mente está en automático, y ya no sientes nada. El viento pasa por tu cabello y te tropiezas a veces, pero tu camino es recto y así sigue y sigue. La vida continúa, pero ya no es tuya, ni es de nadie.

2

TODO VALE

Todo vale. Que liberador y aterrador pensamiento. Dos palabras suponen toda una aventura inacabable, pero también un vacío, un acantilado que sabes que puede existir pero no sabemos qué tan cerca estan nuestros pies de él.
Todo vale. Esta corta oración contiene tímida y cautelosamente muchos sentimientos. Al pronunciarla se siente la brisa de un nuevo mañana, y de repente la energía del universo entero comienza a bombear nuestra sangre.
Todo vale. ¡Que hermoso es el sentir que somos héroes! Es más ligera la pisada cuando se sabe que la meta es alcanzable, y cualquier meta lo es cuando se es el protagonista de una odisea del tamaño de un todo.
Todo vale. Ocho letras que juntas tienen un gran poder, distinto a cualquier otro. Por un momento eres el ser más feliz, más libre, el mejor que ha existido. Se alcanza a ver entre nubes un sol cegador que promete hasta lo imposible.
Todo vale. Aun en su pedestal, esta frase tiene peligros inimaginables. ¿Qué es todo? ¿Como tomas un todo y lo contienes? No se puede ni concebir, y mucho menos aun dominarlo: se nos va de las manos.Todo es nada, en realidad.
Todo vale. Esto implica cualquier tipo de atrevimientos, de confesiones, de decisiones impensables, y no por lo que implican, sino porque aun no implican nada: muchas veces esa implicación está oculta, se difumina en lo desconocido.
Todo vale. Igualdad, libertad, felicidad. Pero nada es real: nada te asegura que ese mar de posibilidades no te encadene a un desierto de incertidumbre. Además, el todo no es el mismo para todos. Aun libres, no somos iguales.
Todo vale. Un problema al que se enfrenta la verdad es que si todo vale, nada importa. No hay jerarquía, no hay un orden por el cual al menos sentir que se controla la vida. Y si perdemos el poder, el todo pierde sentido.
Todo vale. Tenemos un tiempo y un espacio en el que se obedece esta ley. Pero este espacio no lo vemos en su totalidad y el tiempo no es tan extenso como creemos. Cerramos de repente los ojos y nunca pudimos volar.

2

La memoria inexistente

Quiero dedicar esta entrada a la memoria que no existe. A esa memoria que pertenece a otros, que talvez por coincidencia pertenezca una pequeña parte a ti, pero son solo migajas de lo que otros tienen tan presente que te avergüenza. Hay una anécdota tras otra y así pasan los días, y no recuerdas nada. Y no es que estes perdiendo la memoria, solo que esos días de los que hablan no son tuyos, aunque quisieras que aunque sea hubieran sido obsequio de esta o aquella persona, un cuento que te hubieran contado antes de dormir.

Pero ese flujo de ideas y de remembranzas fluye lejos de ti, sin siquiera tomarte en cuenta. Ves ese mar de nostalgia y de ayeres maravillosos y hay inherente a esas palabras una exclusión hiriente y penetrante, que nadie detecta porque a nadie le perturba, pero tu la notas y observas mientras te corta, te va partiendo en mil pedazos mientras tu tan solo puedes observar y esperar que talvez, solo talvez, deje de sangrar algún día.

Lo peor, lo irónico y terrible – e inevitable – de esta MEMORIA INEXISTENTE es que no viene sola, sino con una gran culpa. La culpa que trae consigo el no poseer esa memoria, el no haber sido parte de esos días ni de esas horas de luz ajena. Está la culpa de no haber hecho nada por agregar una vela y alguna canción a esa ópera de recuerdos.

Y lo realmente asfixiante de esta culpa es que se sabe estúpida, inútil, arrogante. Estúpida porque no es culpa de nadie el no poseer siquiera un pedazo de la vida de alguien más, inútil porque lo que nunca se tuvo tampoco se perdió y lo que no se ha perdido no tiene como recuperarse, y arrogante porque los minutos no son nada a la hora de la hora. Pensar que nuestra contribución a un océano de milagros y sueños es algo digno de extrañar, es otra prueba más de lo egocéntricos que somos hasta buscando un ancla en medio de la tormenta.

A fin de cuentas, eso sería y será en un mejor momento la memoria que si exista, la que si nos pertenezca y nos incumba: un ancla y un consuelo para no andar naufragando.