Hoy ando inspirada en esto del bloggeo. Este poemita lo escribí hace algunos ayeres, cuando, como quien dice, gritaba yo por la herida, y no por el arte mismo. Este poema es, como lo fueron aquellos fuegos lejanos y el bien merecido título de este conjunto de versos dispersos, “Espinas”.
Dulce y disfrazado de un juego
Para estallar, viniste, en flamas
Por tu voz, destrozada, ruego
Pierdo mi fé y tu siempre ganas
Cielos pintaste con sonrisas
Tornaste un día todo en color
Mas sin palabras ya quitas
A el vino todo su sabor
Mi secreto te di de obsequio
Dilo yo todo y nada diste
Mi corazón sería tu lienzo,
Mas tú, ser mi llanto escogiste
Rechazas pero das un suero
Analgésico eres, y engañas
Cada hiriente pecado absuelvo
Mi voluntad, con miradas, matas.
Lluvia que causas entre risas,
Éxtasis que ayer me dio valor
Sin aliento dejas, retiras
Ensueño que una vez trajo tu olor
Ardiente está un corazón necio
En mi piel tu nombre escribiste
Le has puesto a mi sonrisa precio:
La loa que siempre quisiste.
Aunque hiciste de mi alguien nuevo
Robaste mi espíritu y alma
Creaste para ahogarme luego
Ilusión excitante, insana.
Narciso, que mi mente irrita
Abuso que insulta a la razón
Más mi amor, atado, vacila,
entre una dulce voz y mi honor.
Mis ojos anhelan desprecio,
Pero en mi mal, tu bien leíste
Tus juegos, un falaz convenio
Cedí la vanidad que heriste.
Por tus labios, tu pelo, muero
Me haces caer, mi paz profanas
Con tus excusas yo tropiezo
Te miro y de mi orgullo escapas
En mi debilidad atinas
Lo eres todo, y me da temor
Pues en mi, esperanzas mitigas
Mas algo en tu boca a ti me ató.
Ahora ya todo es silencio:
Flores marchitas, todo fuiste
Tu canción me dio otro comienzo,
Mas días tan rotos, jamás viste
Sin muchas esperanzas de nada y con la única esperanza de que estas líneas jamás alcancen los ojos de quien las inspiró, dejo estas palabras de fuegos y días de explosiones cardiacas, momentos de los que tan solo quedarán cenizas y la melancolía de aquel que sintió mucho en un pasado no tan lejano.