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Not.Good.With.Phases.

A veces las fases parecen enojosamente insuperables y las caras inolvidables; otras pasamos por una fase como pasamos por una baldosa mal puesta en la banqueta y olvidamos a alguien que con ahínco se nos presentó.

Este poemita lo escribí para la escuela, pero pues me gustó bastante.

Lost now. Memory

train. Memory lane,

Memories: not lost.

 

Remembrances of you

Of this, of that, of us

Not us. But you and I.

 

The fragrance of days

Long gone by now.

Tests. Colors. Songs.

 

Beauty lies in the eyes

Of the beholder. I

Behold, Believe. Beware.

 

Music. Perfection.

Lullabies of fresh air

Young love…devotion.

 

Lust. Love. Lust. Love.

Lost. Losing it. Lost. Isn’t it?

Freedom. Melody. Me.

 

The distance. And flowers

And time. Sleep is silence.

Extensions of loveliness.

 

Forgetfulness widens.

Noise is the key:

A new power rises.

 

Colorless. Blissful.

Free will, but will not

Forever last. Forever lost.

 

The heart swells and bursts.

Stomach aches and turns

Turning into something.

 

Something. Someone.

No one to catch

A falling, fading star

 

Implosions, explosions.

Freaking out. Letting in

New hope, old fears.

 

Leaking in my head

Head, heart, lips, hair

Spirals of nothingness

 

Borrow an ear; lend lips

Take on a mission

Danger. Power. Faith.

 

Earthquakes, waves of gray

Shapes and sounds once blue

Fade. Your colors got lost.

5

no hay que suponer nada

Las suposiciones. Supuestamente esto o aquello. ¿de que se trata eso de suponer? De implantar una realidad alterna y nublar deliberadamente la vista a lo que realmente CREEMOS o SABEMOS. Suponer, cuando está basado (matemáticamente hablando) en una probabilidad, no es algo malo. Pero hay otro tipo de suposiciones, las más comunes y más peligrosas: lo que quisieramos que fuera. Algo que se clava en nuestra mente, una fijación de algo que, según nosotros en nuestra desafortunada subjetividad, DEBERÍA SER ASÍ.  La cosa está en que… rara vez es así. Rara vez suponemos “bien”. Ya que nuestras suposiciones no son las mismas que las de otras personas con las que tenemos, supuestamente, suposiciones en común, esto lleva a fallas gigantescas, a una cadena que rompe con todo en lo que creíamos, y nos aísla de los que suponíamos de nuestro lado.

 

Por esto, NO HAY QUE SUPONER NADA.

You’re supposed to be
My best friend
Oh won’t you recognize that
And play the part for real
Don’t pretend
You don’t remember your lines
Don’t remove
Your heart and your mind
From your body
 
He’s supposed to be
All made up
Can you imagine the thought?
Sitting way up high
Pulling strings
Calling the shots
Making moves
before you think the thought
 
Life’s supposed to be
Rational
At least the serious part
And stick to all the rules
Don’t pretend
You don’t remember this part
Don’t forget
You’re dealing with my heart
 
See what happens?
See what’s done?
When you leave me all alone….

En fin, esta rolita es de The Ocean Blue, el cd Davy Jones’ Locker.

Espero no volver a gritar por ESA herida, porque de verdad, ponerle tanto pensamiento a lo mismo hiere mi orgullo. ¿Quiso soltar el volante? Pues que lo suelte. Como si yo no supiera manejar. [en proceso de una actitud 100% SO WHAT eh Cam!]

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perdedores

Ayer me perdí encontrando una salida. La salida a Nuevo León, gracias. Después de 20 vueltas se logra uno salir no? Pues todo bien, todo bien.

Hace unos meses me perdí encontrando una salida. La salida de toda una serie de explosiones y derrotas, gracias de nuevo. Aún no busco LA salida, y seguiré sin buscarla al menos en lo que escribo esta entradita. Después de 20 vueltas solo se adormeció la herida un rato, y salir? bueno, qué decir. Nada bien, definitivamente nada está bien en esto.

Ayer estaba un amigo al volante. Sigo viva, gracias.

Hace unos meses estaba con un amigo y él soltó el volante. Pasó lo que pasa cuando sueltas un volante.

Ayer me perdí pero un amigo no dejó que eso pasara. Hace unos meses y hasta hoy, pasa una y otra vez y sigo perdida.

Pero eso sí, los amigos no se pierden hoy en día por nada del mundo.

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La memoria inexistente

Quiero dedicar esta entrada a la memoria que no existe. A esa memoria que pertenece a otros, que talvez por coincidencia pertenezca una pequeña parte a ti, pero son solo migajas de lo que otros tienen tan presente que te avergüenza. Hay una anécdota tras otra y así pasan los días, y no recuerdas nada. Y no es que estes perdiendo la memoria, solo que esos días de los que hablan no son tuyos, aunque quisieras que aunque sea hubieran sido obsequio de esta o aquella persona, un cuento que te hubieran contado antes de dormir.

Pero ese flujo de ideas y de remembranzas fluye lejos de ti, sin siquiera tomarte en cuenta. Ves ese mar de nostalgia y de ayeres maravillosos y hay inherente a esas palabras una exclusión hiriente y penetrante, que nadie detecta porque a nadie le perturba, pero tu la notas y observas mientras te corta, te va partiendo en mil pedazos mientras tu tan solo puedes observar y esperar que talvez, solo talvez, deje de sangrar algún día.

Lo peor, lo irónico y terrible – e inevitable – de esta MEMORIA INEXISTENTE es que no viene sola, sino con una gran culpa. La culpa que trae consigo el no poseer esa memoria, el no haber sido parte de esos días ni de esas horas de luz ajena. Está la culpa de no haber hecho nada por agregar una vela y alguna canción a esa ópera de recuerdos.

Y lo realmente asfixiante de esta culpa es que se sabe estúpida, inútil, arrogante. Estúpida porque no es culpa de nadie el no poseer siquiera un pedazo de la vida de alguien más, inútil porque lo que nunca se tuvo tampoco se perdió y lo que no se ha perdido no tiene como recuperarse, y arrogante porque los minutos no son nada a la hora de la hora. Pensar que nuestra contribución a un océano de milagros y sueños es algo digno de extrañar, es otra prueba más de lo egocéntricos que somos hasta buscando un ancla en medio de la tormenta.

A fin de cuentas, eso sería y será en un mejor momento la memoria que si exista, la que si nos pertenezca y nos incumba: un ancla y un consuelo para no andar naufragando.

3

Fuegos lejanos

Hoy ando inspirada en esto del bloggeo. Este poemita lo escribí hace algunos ayeres, cuando, como quien dice, gritaba yo por la herida, y no por el arte mismo. Este poema es, como lo fueron aquellos fuegos lejanos y el bien merecido título de este conjunto de versos dispersos, “Espinas”.

 

Dulce y disfrazado de un juego
Para estallar, viniste, en flamas

Por tu voz, destrozada, ruego

Pierdo mi fé y tu siempre ganas

 

Cielos pintaste con sonrisas

Tornaste un día todo en color

Mas sin palabras ya quitas

A el vino todo su sabor

 

Mi secreto te di de obsequio

Dilo yo todo y nada diste

Mi corazón sería tu lienzo,

Mas tú, ser mi llanto escogiste

 

Rechazas pero das un suero

Analgésico eres, y engañas

Cada hiriente pecado absuelvo

Mi voluntad, con miradas, matas.

 

Lluvia que causas entre risas,

Éxtasis que ayer me dio valor

Sin aliento dejas, retiras

Ensueño que una vez trajo tu olor

 

Ardiente está un corazón necio

En mi piel tu nombre escribiste

Le has puesto a mi sonrisa precio:

La loa que siempre quisiste.

 

Aunque hiciste de mi alguien nuevo

Robaste mi espíritu y alma

Creaste para ahogarme luego

Ilusión excitante, insana.

 

Narciso, que mi mente irrita

Abuso que insulta a la razón

Más mi amor, atado, vacila,

entre una dulce voz y mi honor.

 

Mis ojos anhelan desprecio,

Pero en mi mal, tu bien leíste

Tus juegos, un falaz convenio

Cedí la vanidad que heriste.

 

Por tus labios, tu pelo, muero

Me haces caer, mi paz profanas

Con tus excusas yo tropiezo

Te miro y de mi orgullo escapas

 

En mi debilidad atinas

Lo eres todo, y me da temor

Pues en mi, esperanzas mitigas

Mas algo en tu boca a ti me ató.

 

Ahora ya todo es silencio:

Flores marchitas, todo fuiste

Tu canción me dio otro comienzo,

Mas días tan rotos, jamás viste

Sin muchas esperanzas de nada y con la única esperanza de que estas líneas jamás alcancen los ojos de quien las inspiró, dejo estas palabras de fuegos y días de explosiones cardiacas, momentos de los que tan solo quedarán cenizas y la melancolía de aquel que sintió mucho en un pasado no tan lejano.

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La nada (incompleta)

Nada. Quedaban sus libros. Quedaba su cama, algo de ropa, su librero. Sus CD’s, sus zapatos, su cepillo. Siete muebles que no sumaban nada. Ilusiones sobrepuestas en una pared blanca; bastante gris. Ocho años se dejaban ver en unas paredes. Esos cuatro muros murmuraban cuentos desesperados. Nada significaba nada. Esa NADA que frustra, que molesta, que entristece y enloquece.

Una nada que invadía el aire, pero no completamente. No había aceptación. ¿Has intentado repeler NADA? Es imposible. Pero él no lo sabía: resistía, luchaba. Y la rutina estaba de su lado. Un vacío cotidiano para llenar otro más doloroso e insoportable: un plan perfecto. Mas a oscuras, cuando la conciencia duerme pero los demonios no, él no tenía como defenderse. Entonces no dormía ya, para no soñar. Pero bien es sabido que los sueños escapan a la noche cuando son ignorados.

Pero, ¿NADA era culpa suya? “No”, decíase a sí mismo el que NADA creó. Se alejó de su purgatorio. ¿Su purgatorio? ¿Realmente le pertenecía? No era suyo: ya no. Estaba más allá de él. Nada era, pensaba. Nada, nada, nada. Le dio la espalda, siguió caminando, apresurando el paso sin saber porqué. ¿Saldría de su casa – lo único de lo que estaba seguro que era propietario –? ¿Qué estaba esperando? Nada. Pero esto último implicaba todo tipo de confesiones, de razones que no existían. Cerró la puerta tras él.

El cielo dejaba ver algunos penetrantes rayos de Sol, casi nada. Pero las nubes eran grandes e imponentes, casi intimidando a los tristes mortales. Las sombras que normalmente resguardan, este día palidecían el mundo y extraían lentamente la vida que yacía debajo de ellas. Ya no había calor, no había nada. Él lo notaba. La tenue melancolía del ambiente sofocaba su cuerpo entero y lo llenaba de un veneno agridulce muy similar a una cruz en la espalda. Siempre sin un porqué.

La nada succionaba su esencia, su corazón. Caminó sin nada hacia una perdición olvidada, un verdugo extraviado en su alma que recordó después de años el nombre de su víctima. Nada tuvo que suceder para que él recordara también el dulce aroma del vicio.

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la ruta del bloggeo

Hoy empiezo esta ruta pretrazada y algo tenebrosa de blog-gear(?). Aquí dejaré descansar un poco de mis pensamientos un tanto oscuros y muy extraños, debrayes, como dirían los BItos, y demás palabras que ya no quieren ser guardadas en un genérico archivo de Word que muy estúpidamente fue titulado “cosas q escribo”. Hoy salen, porque deben salir, y utilizaré estos AMANECERES LÍRICOS para dejar más de mi persona en este frío mundo del www. Talvez no sirva de nada, o talvez seré como Diablo Cody y conozca a Ellen Page. Talvez estas serán mis cartas que lean cuando muera, o talvez pasen tímidamente a la historia como unas letras de un usuario de una página olvidada de algo que se llamaba Internet cuando aun no se leía la mente.

Hoy empiezo otro curso que sabrá Dios/Alá/Kurt donde parará.